Propuesta de metodología para aplicar criterios de resiliencia en la planificación de la transmisión del Sistema Eléctrico Nacional

Abstract

Este informe propone una nueva metodología para evaluar y fomentar la resiliencia en proyectos de transmisión dentro del Sistema Eléctrico Nacional (SEN). Tras una revisión exhaustiva del estado del arte, incluyendo documentos de estrategia internacional, se ha identificado que la resiliencia en el sector de la transmisión eléctrica debe incorporar una anticipación efectiva a eventos disruptivos y asegurar una recuperación rápida del suministro eléctrico tras tales eventos. Se ha observado que el criterio actual, definido en el reglamento de planificación de transmisión, carece de la capacidad para identificar y mitigar adecuadamente los riesgos asociados a amenazas climáticas extremas, geológicas como terremotos y otros posibles desastres naturales o antropogénicos. La propuesta de este informe se basa en la necesidad de alinear el reglamento con las definiciones modernas de resiliencia energética, las cuales abarcan la capacidad de anticipación, absorción de impactos, adaptabilidad y recuperación rápida post-interrupción, sin dejar de considerar los factores económicos y políticos involucrados. Desde el punto de vista de la planificación de transmisión, la anticipación implica diseñar la red para manejar eventos futuros previstos, como el cambio climático y sus efectos. La absorción se refiere a la capacidad del sistema de minimizar el impacto durante un evento, y la resistencia es la habilidad de mantener la operación del sistema durante perturbaciones. La recuperación se enfoca en la restauración eficiente del servicio tras el evento. Se propone que la resiliencia sea considerada en la regulación, actuando como un marco para la toma de decisiones estratégicas y financieras en la planificación y operación de la red. Al aplicar la nueva métrica en las zonas de Chañaral y Concepción, se identificaron múltiples vulnerabilidades. Según el índice de resiliencia propuesto, basado en la literatura científica, un valor superior a 0,92 indica un nivel adecuado de resiliencia. Sin embargo, los valores iniciales para ambas zonas estaban por debajo de 0,4. Al implementar estrategias de expansión que diversifican las rutas eléctricas, se logró mejorar la resiliencia en las zonas evaluadas, superando el umbral definido como resiliente. Los resultados cuantitativos del estudio en la zona que abarca desde Chañaral hasta Concepción son notables, ya que la resiliencia aumentó de 0,45 a 0,92 (siendo 0 el valor mínimo y 0,92 el rango considerado como resiliente). Además, el riesgo de interrupción del servicio se redujo de 600 MW a 0 MW. Estos resultados evidencian la efectividad de la metodología propuesta. Esto valida la necesidad de modificar la regulación actual y sugiere que su implementación puede prevenir costos sociales significativos relacionados con las interrupciones en el suministro eléctrico, lo cual es crucial tanto en la actualidad como en el futuro, considerando la creciente dependencia de la electricidad en nuestra matriz energética. En conclusión, se recomienda adoptar la metodología propuesta para mejorar la planificación y operación del Sistema Eléctrico Nacional, teniendo en cuenta el bienestar económico y la seguridad energética del país.