Impacto en la industria de combustibles fósiles por uso de hidrógeno verde y efectos económicos en CHile por su uso.

Abstract

Ante el evidente cambio climático, países de todo el mundo trabajan en estrategias y desarrollo de nuevas tecnologías que permitan reducir la gran cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que se emanan a la atmósfera terrestre y Chile es parte de ellos. Dentro de los sectores más contaminantes, se encuentra el sector de la energía, que abarca un 77% de las emisiones de todo el territorio chileno, que a su vez comprende subcategorías tales como la industria de la energía y la de transporte, las cuales representan un 38,8% y un 32,9% respectivamente, de las emisiones del sector de la energía. La apuesta para reducir estas cifras giran en torno a tecnologías que sean producidas de manera limpia, es decir, que no emitan gases de efecto invernadero y también de normativas tales como los permisos de emisión transables y los impuestos verdes. El hidrógeno producido a través de electrólisis y energías renovables (hidrógeno verde) por su parte, se posiciona como un importante vector energético que en conjunto con otras tecnologías, podría competir con combustibles que se utilizan en la actualidad, tales como el petróleo diésel y las gasolinas, que son comercializados por distribuidores mayoristas (Copec, Shell, Petrobras, YPF y JLC) y minoristas. La matriz de combustibles actual se compone en un 61% de petróleo diésel, 28,5% de gasolinas y el resto en otros combustibles. Para establecer la competitividad del hidrógeno y el impacto que tendría su ingreso en la matriz de combustibles y en las empresas distribuidoras se utilizó como base la actual demanda de combustibles para proyectar una demanda futura en dos escenarios, una donde el hidrógeno no es incorporado por las empresas de distribución de combustible y otra en donde se hace partícipe, lo anterior, para dos años claves: 2035 y 2050. Para el año 2030 se estima que el hidrógeno tendrá una participación del 20% en la matriz de combustibles y un 60% de participación para el año 2050. Los resultados de la proyección en el escenario sin hidrógeno como combustible mostró que los e-fuels y los vehículos eléctricos tendrán una participación fundamental en el desarrollo de la matriz de combustibles. En el caso de los e-fuels, reemplazarán toda la demanda de combustibles fósiles al año 2050 de manera paulatina desde el año 2035. Es decir, al año 2050 se utilizarán 21.387.205 [M3] de e-fuels. Por otra parte, para el año 2035 se pronostica la venta de 209.539 vehículos eléctricos y para el año 2050 se pronostican ventas de 747.162 unidades. En este escenario existen dos problemáticas, por un lado es que la cantidad de vehículos eléctricos que se pronostican solo cubriría el 5,8% del mercado automotriz al año 2050, es decir, no lograría abarcar por sí solo la cantidad de vehículos que se requerirán y por otro lado, los e-fuels siguen siendo combustibles con emisiones durante su uso (no durante su producción). Ahora bien, en un escenario con participación del hidrógeno, que se asemeja a un escenario más real, se determinó que el hidrógeno tendrá una participación de 39 TWh para el año 2030 y 153 TWh al año 2050 (en energía equivalente a la gasolina y el petróleo diésel). Mientras que los e-fuels ingresarían a la matriz de combustibles para el año 2035, con un crecimiento del 2% anual, logrando un 32% al 2050, es decir, se demandarían 6.843.906 [M3] de e-fuels. Además, se realizó el cálculo del costo nivelado del hidrógeno que arrojó un costo de 4,322 USD/kgH2, lo cual refleja que en el corto plazo el hidrógeno no es un combustible competitivo con el diésel, pero si con las gasolinas. De igual manera, la bibliografía indica que en el largo plazo el hidrógeno si sería competitivo, debido al avance de la tecnologías de producción y por ende, la disminución de sus costos. Además, se estima que Chile tendría uno de los menores costos de producción de hidrógeno en el largo plazo, debido a su posición geográfica y que podría llegar a 1,4 USD/kgH2, que, en ese caso, si lograse ser competitivo con los combustibles fósiles. Cabe recalcar también que en un escenario en donde las empresas de distribución no realicen acciones ante el ingreso del hidrógeno a la matriz de combustibles, tendrían pérdidas acumuladas (entre el 2030 y 2050) de 5.5 billones, 3.6 billones, 2.7 billones, 1.7 billones y 124 mil millones para Copec, Shell, Petrobras, YPF y JLC Finalmente, se espera que la inversión en innovación y desarrollo de nuevas tecnologías del hidrógeno tengan apoyo privado y público, para que así de manera conjunta se logre llegar a la carbono neutralidad. Se entiende también, que el hidrógeno no es la única solución para disminuir los GEI, si no que es parte de una de las estrategías que puede llevarse a cabo de manera factible, dados sus beneficios técnicos y económicos.