Evaluación de la regla de Taylor en la tasa de política monetaria chilena entre el 2010 y 2024

Abstract

La política monetaria constituye uno de los principales instrumentos de los bancos centrales para influir en la economía, ya sea controlando la inflación, estabilizando el ciclo económico o promoviendo la confianza en los mercados. Desde su consolidación a lo largo del siglo XX, los bancos centrales han asumido un papel fundamental en la preservación de la estabilidad macroeconómica definiendo sus estrategias entre dos enfoques: la aplicación de reglas preestablecidas o el uso de la discrecionalidad en sus decisiones. Este debate ha sido ampliamente abordado en la literatura económica, incluyendo a José De Gregorio (2007), quien destaca que el uso de reglas puede otorgar mayor credibilidad y previsibilidad a la política monetaria, mientras que la discrecionalidad entrega flexibilidad para responder a contingencias específicas. Antes de la formulación de la Regla de Taylor en 1993, ya existían aproximaciones que buscaban guiar la acción de las autoridades monetarias. Entre ellas, se encuentran la Regla de Friedman's k-percent (Friedman, 1960), que proponía un crecimiento constante de la oferta monetaria independiente de las condiciones del ciclo, y la Regla de la tasa de interés de Wicksell (1898/1936), basada en la noción de una tasa “natural” de interés que equilibra el ahorro y la inversión. Asimismo, la tradición monetarista y los modelos keynesianos desarrollados durante el siglo XX dieron lugar a distintas prescripciones sobre el grado de intervención apropiada de los bancos centrales en la economía. En este contexto, la Tasa de Política Monetaria (TPM) emerge como una herramienta clave del Banco Central de Chile para influir en el costo del crédito y, con ello, en la demanda agregada. Sin embargo(...).