Un análisis cuantitativo de la inserción laboral de médicos migrantes en Chile.

Abstract

Contexto Internacional La escasez de personal para el sector de la salud ha generado en algunos países una activa campaña de contratación de trabajadores provenientes del extranjero. Se trata de una corriente migratoria que amenaza los sistemas de sanidad de los países en desarrollo. En el mundo actual es cada vez más frecuente que los trabajadores de la salud, en especial las enfermeras o médicos, atraviesen las fronteras en busca de empleo. El resultado es que algunos países se convierten en proveedores importantes de personal médico. En Sudáfrica, por ejemplo, cerca de 80 por ciento de los doctores rurales escogen la ruta de la emigración. “Algunos países en desarrollo descubren que la competencia por mano de obra capacitada es cada vez más difícil en un mercado globalizado”, afirma el doctor Stephen Bach, académico del King’s College de Londres, que realizo un estudio sobre la migración de los trabajadores de la salud, su efecto sobre las relaciones laborales y las políticas de salud, y su transformación en un fenómeno económico de alcance mundial. En principio esta corriente migratoria fue determinada por vínculos idiomáticos, por ejemplo, entre África del Norte y Francia, o entre el Caribe y el Reino Unido, pero con el tiempo el atractivo generado por los países de destino más ricos ha alterado esas rutas. Por otra parte las estrategias de contratación en condiciones de equidad aplicadas por algunos Gobiernos también han influido sobre las migraciones. Por ejemplo, Argentina realizo un plan de integración para acoger a los profesionales de la salud que migraron por las crisis sociales ocurridas en Venezuela y Siria. Pero. qué destino espera a los profesionales de la enfermería cuando llegan a un país extranjero? La creencia de que en su condición de trabajadores capacitados podrán mantener su nivel a veces es errada. “La experiencia indica que el personal educado en el extranjero no recibe un reconocimiento adecuado a su capacitación y experiencia, y con frecuencia son confinados a realizar tareas de menor relevancia”, reporta Bach. Y añade que “paradojalmente, si hubieran permanecido en sus países habrían tenido que asumir mayores responsabilidades debido a la escasez de personal”. Por otra parte, los trabajadores migrantes del sector de la salud con frecuencia se sienten vulnerables y por lo tanto restringidos en su capacidad para protestar por sus condiciones laborales. Los sindicatos podrían desempeñar un papel importante en defensa de los derechos de los trabajadores extranjeros, en especial después que en muchos países abandonaron su posición tradicional proteccionista y exclusivista hacia otra más favorable a los inmigrantes como un componente inevitable de la economía globalizada, que además puede significar el reclutamiento de nuevos miembros. La migración y la escasez de trabajadores de la salud en América Latina y El Caribe tienen un gran impacto en los servicios y sistemas de salud de la región, comprometiendo no solamente el alcance de la cobertura universal de salud, sino también el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) relacionados a la salud. Un fenómeno global, para el cual se estima que se requieren 40 millones de nuevas plazas de atención de salud para alcanzar los ODS para el año 2030. Actualmente no solo estamos enfrentando el usual movimiento de personal de salud calificado que migra de “Sur-Norte”, sino que, dadas las crisis políticas y sociales de países como Venezuela y Nicaragua, muchos médicos, enfermeras, entre otros profesionales de la salud, optan con más frecuencia por la migración “Sur-Sur”. Un estudio que nos permite comprender el interés por migrar de los médicos latinoamericanos es el realizado por la Federación Latinoamericana de Sociedades Científicas de Estudiantes de Medicina, en donde se analizaron las perspectivas profesionales de los estudiantes de Medicina de 9 países de Latinoamérica. Los resultados indican que el 40,1% quiere ejercer la carrera fuera de su país, siendo Estados Unidos y Europa los principales destinos y el 34% mantiene dudas sobre emigrar o no. De los que piensan emigrar, el 15,4% refiere que no regresaría al país donde concluyó sus estudios. La intención de emigración aumenta con el año de estudios (33% en primer año a 49,1% en sexto año), asimismo, está incrementada en ciudades capitales y universidades privadas. Los porcentajes varían en cada país, donde Brasil y Chile tienen proporciones menores y en El Salvador uno de cada dos estudiantes tiene intención de migrar.

Contexto Nacional Varios miles de médicos han migrado a Chile a partir de los noventa, su presencia, que para muchos ha representado una solución a la falta de profesionales en la Atención Primaria, ha sido también un factor de conflicto, porque no pocos, especialmente de la orden médica, han criticado esta corriente migratoria. Las estadísticas oficiales del Ministerio de Relaciones Exteriores manifestaban que el año 2000, los médicos extranjeros que llegaron a nuestro país duplicaron el número de profesionales chilenos egresados. Por su parte, Francisco León, de la Cepal, señalaba que: “. . . en el periodo 1990-1997 habrían sido autorizados a trabajar legalmente 1297 médicos, un sexto de los cuales, por revalida de títulos y el resto por convenios internacionales, habiéndose más que quintuplicado el número de autorizaciones durante ese periodo”. Frente a esta misma situación, el Colegio Médico planteaba una posición de resguardo respecto del nivel técnico de estos profesionales, a su juicio ´este debía ser el parámetro exigible para cualquier médico chileno o extranjero. Y agregaba, que: “Tal pretensión es en resguardo de nuestra población y del prestigio de la profesión médica”. Sin embargo, para muchos otros actores, esta posición tenía que ver más bien con aspectos, donde la xenofobia y la preocupación por la competencia por el mercado del trabajo, aparecían como las verdaderas causas5. Así, la prensa recogía las críticas que se le hacían a los médicos chilenos: “Alcaldes, Ministerio de Salud y trabajadores de la Salud municipalizada condenaron actitud de la orden gremial. Fuerte rechazo a xenofobia del Colegio Médico”. Además, los propios médicos extranjeros que trabajaban en Chile declaraban la falta de acogida de los profesionales para con ellos. Así, hicieron llegar a la prensa: “Una serie de críticas a la falta de solidaridad y sensibilidad social dada en una parte importante de los médicos locales”. Uno de los principales acuerdos internacionales que ha generado impacto en la migración de médicos a nuestro país, ha sido el Convenio Andrés Bello. Este fue firmado el año 1972 y facilita el reconocimiento de los títulos profesionales universitarios, otorgados en alguno de los países firmantes en cualquiera de los otros participantes de este acuerdo5. En su declaración, el Convenio Andrés Bello destaca su objetivo de: “Integrar educativa, científica, tecnológica y culturalmente a Bolivia, Colombia, Chile, Cuba, Ecuador, España, Panamá, Paraguay, Perú y Venezuela... creando un espacio cultural común”. Y, postula en el fondo que: “La integración de América Latina y España a partir de la ciencia y la tecnología y la cultura es un sueño acariciado desde hace mucho tiempo”. A partir de los años noventa, Chile mostro mejoras en su desarrollo que lo transformaron en un país atractivo para los latinoamericanos, esto se puede justificar por diversos indicadores. Por ejemplo, la tasa de crecimiento del PIB Chileno durante la década de 1990-1999 fue de un 6% anual, mientras que América Latina y el Caribe crecieron a una tasa del 3,2%. Por otro lado, si se analizan los flujos de capital accionario en cifras netas hacia la región desde el extranjero, Chile figura dentro de los primeros lugares, compartiéndolos con Argentina y Brasil, países que históricamente fueron privilegiados. Asimismo, en términos de inversión intrarregional, Chile fue una importante figura, ya que ocupó importantes plazas en inversiones en energía y empresas de supermercados y multitiendas, entre otras. Sin embargo, todas estas cifras, no revelan los problemas que se perciben en el interior, en relación con los límites de la democracia, la exclusión social y la desigualdad. Y por ello no forman parte de la imagen del país en el exterior. Por el contrario, Chile es visualizado como una nación emprendedora, con múltiples oportunidades para el interés privado. En ese contexto Chile se consolido como una nación atractiva para el resto de los latinoamericanos, con una realidad muy distinta a la de sus vecinos con conflictos de violencia, inestabilidad política y crisis económicas. Si a lo anterior, se agrega que existe un acuerdo internacional como el Convenio Andrés Bello, que facilita el desplazamiento de los profesionales, se puede entender la corriente migratoria de médicos. De los médicos extranjeros que han llegado al país se puede decir que la mayoría trabaja en el sistema Público. Según el diario de la Universidad de Chile, 6 de cada 10 médicos extranjeros que trabajan el país, se desempeñan en el sistema Público. Además, del total de médicos que actualmente existen en la Atención Primaria de Salud, los que suman 3.668, un 32% son profesionales extranjeros, formados en otros países y que por distintas razones han arribado a nuestro país para ejercer la medicina. Esta proporción se acentúa aún más en algunas regiones del país, por ejemplo, en el hospital de Antofagasta, el personal correspondiente a médicos extranjeros corresponde al 70 por ciento del total de la dotación, en el considerado centro de salud más grande del país. Como se puede ver, el aporte que realizan los médicos extranjeros al sistema de salud publica es primordial. Además, se debe considerar que dentro del sistema Público se atiende alrededor del 80% de la población, entonces la labor de los médicos extranjeros es muy importante para la salud y el bienestar de toda la nación. Aunque en los últimos años ha llegado una gran cantidad de médicos a Chile, todavía hay un déficit de 12.000 médicos. Esto según un estudio del Instituto de Métricas y Evaluación de Salud de la Universidad de Washington, que cálculo la cantidad de profesionales de la salud en cientos de países del mundo, incluyendo a Chile, donde identificó un déficit de 6,4 médicos por 10.000 habitantes, es decir, un total de 11.728 doctores. Según el estudio para que un país pueda llegar a tener una cobertura efectiva del 80 por ciento de la demanda se necesitarían al menos 20,7 médicos por cada 10.000 habitantes. Al comparar la realidad de Chile con las demás naciones de Sudamérica, se evidenció que se trata del tercer país de la región con el mayor déficit de médicos, por detrás de Brasil y Paraguay, con 11,2 y 7,1 médicos por cada 10.000 personas. Sin embargo este déficit contrasta con la gran cantidad de médicos extranjeros que no pueden ejercer su profesión en Chile, debido al alto porcentaje de reprobación del examen Eunacom, el cual permite a los doctores extranjeros revalidar su título y poder trabajar tanto en el sistema público como en el privado.