PROPUESTA DE POLÍTICAS PÚBLICAS PARA LA PREVENCIÓN DEL USO DE ALCOHOLES EN LA POBLACIÓN CHILENA BAJO LA MIRADA DE LA POLÍTICA PÚBLICA INTERNACIONAL
Abstract
La Organización Mundial de la Salud clasifica al alcohol como un bien adictivo que trae consigo efectos adversos a la población y su salud al largo plazo. Fuera de ser la excepción, Chile ha sido clasificado como uno de los mayores consumidores de alcohol en población adulta y joven de la región, dejando consecuencias en el bienestar general de los chilenos y su vivencia económica. De hecho, estudios llevados a cabo en cooperación del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA) indican que el costo nacional asociado al consumo mencionado supera la recaudación impositiva aplicada a la industria de alcoholes (SENDA, PRESUPUESTO 2020 LEY 21.192, 2020). Entonces, ¿Qué se puede hacer para reducir su consumo?
Dichas preguntas han llevado a distintas entidades a formular estrategias para contrarrestar el alto consumo de la población, proliferando algunas como la Reforma Tributaria del 2014 y la incorporación del plan preventivo “Elige Vivir sin Drogas” realizado por el SENDA y entidades internacionales del país islandés, nación altamente alabada los notables resultados de su programa preventivo de consumo de sustancias llamado “Youth in Iceland”. Pero ¿Es esto suficiente para reducir el consumo? ¿Existen otras alternativas que puedan lograr un efecto combinado más efectivo en la prevención de consumo?
La motivación del presente trabajo es intentar responder dichas preguntas mediante el estudio histórico de la política pública preventiva de consumo de alcoholes chilena, el contraste con casos internacionales, el análisis de la crisis sanitaria COVID-19 y sus efectos en el consumo de la población y la generación de propuestas para reducir aún más los niveles de consumo de bebidas alcohólicas de Chile.